The Blessed Virgin and Saint Anne, adapted from a photo by Paul Flores; used with permission.

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Aprendiendo a Orar

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Introducción | Orando Constantemente | Oración Vocal y Oración Mental | Cuando No Recibes Contestación a Tus Oraciones | Oración Para Comenzar | Oración Intermedia (El Ángelus, El Rosario, La Corona de la Divina Misericordia, Oración para las Tres de la Tarde) | Liturgia de las Horas

 

Nuestro tiempo en oración es el único tiempo, en esta vida, que podemos vivir en santidad. Qué triste es que tantos ungidos por Cristo lo tratan tan descuidadamente como para ser negligentes con la oración. Pues les aseguro que tal indiferencia a su Sagrado Corazón hoy lo hiere tan grandemente como su Pasión le hirió. Y hiere a su Iglesia.

Y nos hiere individualmente.

Pero sí de veras abre tu corazón a Cristo en oración, tú serás inmune a los sufrimientos de soledad, de abandono, de ansiedad, de depresión, y de todo otro problema con causa sicológica. Sí, tú tendrás que soportar la pesada carga de vivir en medio del sacrilegio mundial—pero aún eso es angustia, no depresión. Más, sin embargo, si tú descuidas el negarte a ti mismo através de la oración, te quedarás con todas las heridas sin tratar, de tu propio vacío sicológico.

Para algunas personas—especialmente aquellas heridas por abuso o negligencia en la niñez—el obstáculo mayor para orar es la creencia irracional (eso es, inconsciente) que tienen ellos, de que son personas tan despreciables y malvadas que Dios las ha abandonado totalmente y que se rehúsa a escuchar cualquier suplica de ayuda. Aunque, esta creencia es refutada por el mismo Evangelio; sicológicamente, una creencia semejante a esta proviene de una confusión de Dios con el “Otro” (i.e., el mundo social que nos rodea). En verdad, lo mejor que se puede esperar del mundo social es completa indiferencia hacia nuestro bienestar, y, lo peor, es que nos “vea” únicamente como objetos para ser manipulados para su propia satisfacción. Dicho de otra forma: No es que Dios te ha rechazado sino que el pecado en sí—el rechazo que le hace el “Otro” a Dios—fue lo que abusó de ti.

Así que el primer paso para orar tiene que ser un regresar a tus promesas bautismales para renunciar al mundo, y a Satán y confiar completamente en la protección de Dios; toda oración genuina, en su esencia, requiere una disposición sincera a morir al mundo através de Cristo para ser resucitado a la vida eterna.

La oración debe ser un continuo acto de purificación; no orgullo y una seca superstición intelectual. El tratar de orar para discernimiento sin antes primero desapegarse del mundo, es semejante a tratar de conducir un auto con las cuatro gomas vacías. Para hacer que tu oración no quede en lo superficial, sigue los Consejos Espirituales explicados en este website. 

En consecuencia, tal como el Catecismo de la Iglesia Católica nos explica (2626-2643) la oración tiene varios aspectos diferentes: alabanza (reconocimiento de Dios no tanto por todo lo que hace por nosotros sino simplemente porque Él es), agradecimiento (simple gratitud por la obra redentora de Cristo y el efecto personal que tiene en nosotros), adoración (reconocer nuestra incapacidad y humildad ante la presencia de la gloria de Dios), interceder (rogar por el bienestar de los demás), y petición (rogar por nuestras necesidades como una expresión de nuestra esperanza y deseo que en todas las cosas “venga su Reino”).

Lee una instrucción sobre la oración por
San Juan María Vianney)

 
Orando Constantemente

Entonces, todos debemos aprender a orar constantemente—como nuestro Señor Jesús Cristo nos advirtió (Lucas 18:1)—1 tanto con oración vocal (i.e., la recitación de las oraciones “estandares” de la Iglesia) como con oración mental (i.e., silenciosa, meditación interna en, y contemplación de, lo divino), para que nuestros pensamientos estén afines constantemente a la presencia de Dios, y nuestros corazones estén constantemente inflamados con amor por Dios y preocupación por la salvación de nuestro prójimo.

¿Tendremos que incesantemente doblar nuestras rodillas, estar postrados, o mantener nuestras manos levantadas? ¿A esto se refería cuando dijo: orad sin cesar? Aún si admitimos que oramos de este modo, no creo que podemos hacerlo así todo el tiempo.
     Pero aún hay otra, oración de tipo interior que es incesante; eso es, el deseo del corazón. Sea lo que sea, la otra cosa que usted este haciendo, si, no obstante, fija su deseo en el descanso sabático de Dios, su oración será incesante. Por lo tanto, si usted desea orar sin cesar, no cese de desear.
     La constancia de su deseo será, en sí, la voz incesante de su oración. Y esa voz de su oración será acallada solo cuando cese su amor. ¿Pues quien hace silencio? Aquellos de quien se dice: Porque abundó la maldad, el amor de muchos se enfriará.
     El enfriamiento del amor significa que el corazón hace silencio; mientras que amor ardiente es el clamor del corazón.

—De un discurso sobre los salmos por San Agustín, obispo,
(Oficio de Lecturas, viernes:
Tercera Semana de Adviento)

 
Oración Vocal y Oración Mental

Santa Teresa de Ávila habló constantemente sobre la diferencia entre oración vocal y oración mental. Ella también habló muy cuidadosamente sobre esta diferencia. Por los muchos abusos a consecuencia de los alumbrados en los tiempos de Teresa, los teólogos miraron a la oración mental con sospecha, por temor a que resultase en desprecio por la oración vocal, junto al desprecio por la liturgia, ceremonias, y rituales de la Iglesia.

Pero, sicológicamente hablando, Santa Teresa tenia razón. Toda oración comienza con oración vocal—tal como el Padre Nuestro y el Ave María—dijo ella, y luego, por meditar en el significado de lo que se está diciendo, aun mientras se está diciendo, el alma será efectivamente conducida a la oración mental. Y no tan solo eso, sino en los momentos silenciosos entre los periodos de oración vocal—aún mientras desempeñamos nuestras labores diarias—el alma debe estar llena de oración mental contemplativa de puro, amor eterno.

Así es que, con respecto a la oración vocal y la oración mental, no es un asunto de si es uno o el otro. Cuando el alma lucha através de las tinieblas, necesita la belleza de la oración mental para animar su corazón y ayudarla en su curso. Pero también necesita la disciplina de la oración vocal para que se mantenga en el camino, para que no decida correr tras luces de hadas en la distancia y perderse para siempre.

Y finalmente, ten en cuenta que los principiantes con frecuencia se desaniman porque no sienten cosa alguna cuando oran. Algunos principiantes hasta toman esto como una indicación de que no son “dignos”. Y algunas personas buscan grupos carismáticos en el intento de crear sus propias sensaciones extáticas. Pero la oración no es un proceso sicológico, y los genuinos místicos católicos consistentemente nos han dicho que no tenemos que sentir cosa alguna al orar. Dios trabaja sus gracias silenciosamente en el alma—oculto, inadvertido, e inaudito a los sentidos corporales. Persevera, a pesar de todo, y los beneficios de la oración serán pronto aparentes.

 
Cuando No Recibes Contestación a Tus Oraciones

Algunas personas—especialmente los principiantes—con frecuencia se quejan de que Dios no les contesta sus oraciones. En realidad, Dios siempre contesta nuestras oraciones, mas sin embargo, la contestación puede que no sea lo que queremos o estábamos esperando. Con respecto a esto, desde mi trabajo clínico he observado cuatro errores característicos que hacen los principiantes.

1.

No escuchar. En cada momento a través de inspiración interior Dios te esta diciendo cómo hacer Su Voluntad, pero ya que no te agrada lo que Él está diciendo—o porque tienes miedo a oírlo—no escuchas.

2.

No prestar atención. Con frecuencia Dios contesta las oraciones por medio de circunstancias exteriores, en vez de inspiraciones internas. Por tanto, si te encuentras en una situación difícil, puede que sea una oportunidad para adquirir una gracia si actúas como un verdadero testigo de tu fe. Pero si no estas prestando atención, te quejarás de cuán miserable te estan tratando.

3.

Orgullo. Algunas personas tiene una necesidad abismal de sentirse “especial” y oraran por ciertas cosas sabiendo que, si se les fueran otorgadas, o le demostraría al mundo cuan excepcional son, o serviría para asegurarles a ellos mismos que, ellos les caen bien a Dios. En cualquiera de los casos, esto es un pedido que satisface la ilusión del “yo”, no a la Voluntad de Dios.

4.

Poner a Dios a prueba. Algunas personas oraran pidiéndole a Dios que haga algo por ellos, como “Haz que yo deje de fumar” Sin embargo, una petición así es únicamente una forma de poner a Dios a prueba en una situación en donde nada se alcanza.
     Por una parte, si Dios verdaderamente fuese a interferir con la libre voluntad de ellos y hacer que de repente dejen de fumar, entonces ellos jamás tendrán que enfrentarse con la ira latente que sienten contra sus padres que, en primer lugar, los empuja a seguir fumando. Por eso, si Dios les concede lo que quieren, les estaría negando lo que en realidad necesitan: purificación espiritual de la ira y de la ausencia del perdón.
     Por otra parte, si Dios no les da lo que ellos quieren, entonces pueden echarle la culpa a Dios por “odiarles”. Esto les permite creer que hay algo que está “mal” en ellos mismos, dándoles permiso a que continúen creyendo que ellos mismos fueron los causantes de los abusos que les infringieron sus padres—y esta auto-culpabilidad le permiten esconder de si mismos la ira que sienten hacia sus padres. “La culpa es mía, no de mis padres. Por tanto, no tengo ningún derecho de sentirme enojado hacia ellos.” Además, a todo esto ellos pueden odiar a Dios por el “odio” que Él les tiene a ellos. Después de todo, odiar a Dios es una forma para conseguir ser castigado, ¿No esa así? Esto viene a demostrar cómo alguien se enviará a si mismo al infierno para proteger a sus padres de sus propias culpas y de su propio odio inconsciente hacia ellos.

 

Según tú te vayas haciendo más proficiente en la oración, comenzarás a reconocer Apparitions: Mystic Phenomena and What They Mean la voz de la divina inspiración. Quizás hasta recibas algunas revelaciones personales en forma de apariciones (percepción visual) o locuciones (percepción auditiva).

Que conste, no estoy hablando aquí de distracciones o sueños. (Para más información sobre varios fenómenos místicos, vea el libro Apparitions de Kevin Orlin Johnson, en la pagina de Lecturas.)

De manera que, tú necesitas una advertencia fuerte. Através de mi familiaridad con la sicología católica, puedo garantizar que tú con frecuencia percibirás cosas en la oración que no son más que tus propios deseos inconsciente de que tus fantasías sean realizadas. Así es que, tú tienes tan solo una protección contra la destrucción espiritual:

Rechaza cualquier cosa que contradiga las Escrituras o la Tradición o el Magisterio (enseñanzas) de la Iglesia.

 

 

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ORACIONES Cristianas Necesarias en inglés y en latín

 
Oración Para Comenzar

San Agustín, en una de sus cartas (Carta 130 a Proba 8, 15.17–9, 18), incitó esta pregunta, “¿Por qué oramos si ya Dios sabe lo que necesitamos?”—y después la contestó: oramos para estirar nuestros propios deseos.

Esa es una buena respuesta, pero una contestación más perfecta, pienso yo, viene si lees sobre las apariciones de Fátima. “Oren y hagan sacrificios,” le dijo María a los niños, dejándoles ver claramente que muchas son las almas que irán al infierno porque no tienen a nadie que oren por ellas. Imagínate eso. Oren, advirtió ella, oremos no únicamente por nosotros mismos, no solo para estirar nuestros deseos de ver a Dios, no solo por inflamar nuestro amor hacía Dios, pero rezamos también por las almas de aquellos que tal vez se pierdan sin nuestras oraciones y sufrimientos a su favor.

Así es que ponle atención a su aviso y empieza a orar apropiadamente.

 
La Señal de la Cruz. La Señal de la Cruz es una oración en sí misma que debe comenzar o terminar cualquier otra oración de devoción privada. También tiene su lugar en la celebración litúrgica. Pero si observas a la gente en la iglesia, verás con frecuencia que hacen la Señal de la Cruz tan de prisa que parecen que están espantando moscas de sus caras. Haz la señal deliberadamente, y con reverencia, porque cuando haces la Señal de la Cruz, haces un trato implícito de tomar tu propia cruz al aceptar—sin discusión ni resentimiento—todo tus sufrimientos por la conversión de los pecadores. El que logres mantener esa promesa, pues, sólo Dios lo sabrá. Ese pensamiento te debe hacer pausar.

Español

Latin

_______________________

_____________

EN el nombre del Padre,

(La frente)

IN nómine Patris

y del Hijo,

(Pecho medio)

et Fílii

y del Espíritu

(Hombro izquierdo)

et Spíritus

Santo.

(Hombro derecho)

Sancti.

Amen.

 

Amen.

 
Oración Improvisada. La mejor forma de empezar cualquier cosa es con honestidad, así que aquellos que están comenzando a orar querrán decir algo como, “OK. Aquí estoy, Dios. No sé qué decir y tengo miedo. Enséñame. Indícame que debo hacer.”

Recordando que Cristo nos dijo que oremos constantemente (Lucas 18: 1), para que el hermoso jardín del Espíritu que Él plantó en ti en tu bautismo reciba cultivo cuidadoso y no se llene de cizaña, no tengas miedo de repetir tus oraciones improvisadas constantemente.

Quizás también querrás añadir tales súplicas como

Purifica mi corazón.

Dame fe, aunque sea como un granito de mostaza.

Hágase en mí según tu palabra.

Levántame ante tu Presencia para poder comenzar a percibir tu inmensa gloria.

Deja que tu gracia y tu gloria se reflejen através de mí a la vida de todos los que me rodean.

En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu.

Señor Jesús, ten misericordia de mí [o de nosotros].

Esta es la Oración de Jesús, que tradicionalmente se practica en sincronía con la respiración. Di la primera mitad (“Señor Jesús”) mientras inhalas t la segunda mitad (“ten misericordia de mí) mientras exhalas.

Con esta oración, pues aprender a cómo comenzar un proceso de oración constante. También puedes permanecer con ella y llegar a la contemplación avanzada de amor por el Santo Nombre de Jesús; para más información, vea la Filocalia, una compilación de escritos de los Padre Orientales del Desierto quienes describen en detalle el proceso de orar constantemente.

 
Antes de Comer. Di una oración corta antes de las comidas, para que te recuerde de tu total dependencia en Dios:

BENDÍGANOS Oh Señor, y estos tus dones
que pronto vamos a recibir
de tu generosidad, por Cristo Nuestro Señor.

Y, según aprendas a comer una dieta más austera, podrás añadir la siguiente además de la anterior antes de comer o beber cosa alguna, aún agua:

Gracias por esta comida tan simple y humilde;
que satisfaga todas nuestras necesidades física,
pues aún sin tus dones más modestos
pereceremos.
 
Amén.

 
Oraciones Formales. Entonces, mientras estas en ello, junto con el Padre Nuestro y el Ave María, empieza por memorizar algunas oraciones formales, simples. 

Padre Nuestro

A propósito, pon mucho cuidado de no ligar juntas las siete peticiones del Padre Nuestro (Mateo 6; 9-13). Di esta oración lentamente, cuidadosamente y claramente.
 

Lea un pasaje de una carta de San Agustín
sobre el Padre Nuestro)

PADRE nuestro, que estás en el cielo,

(1)

Santificado sea tu nombre.

(2)

Venga tu reino.

(3)

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

(4)

Danos hoy nuestro pan de cada día.

(5)

Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

(6)

No nos dejes caer en tentación

(7)

y, líbranos del mal.

 

Pater Noster 

PATER noster, qui es in cœlis,
sanctificétur nomen tuum.
Advéniat regnum tuum.
Fiat volúntas tua,
sicut in cœlo et in terra.
Panem nostrum quotidiánum
  da nobis hódie.
Et dimítte nobis débita nostra,
  sicut et nos dimíttimus
  debitóribus nostris.
Et ne nos indúcas in tentatiónem:
sed líbera nos a malo. Amen.

 

Ave María

DIOS te salve, Maria.
Llena eres de gracia:
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.

 

Ave Maria 

AVE María, grátia plena!
Dóminus tecum.
Benedícta tu in muliéribus,
et benedíctus fructus
  ventris tui, Iesus!
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus
nunc et in hora mortis nostræ.
Amen.

 

Gloria al Padre

GLORIA al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

 

Gloria Patri 

GLORIA Patri, et Fílio, et Spíritui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc et semper, et in saécula sæculórum. Amen.

 

 
Las siguientes oraciones son oraciones tradicionales (también ve los Recursos Adicionales, abajo), pero he alterado algunos de los textos para hacer el lenguaje e ideas más claras y directas sicológicamente. Di estas oraciones como unidades, varias veces al día, porque la idea fundamental es que te purgues a ti mismo de tus propios deseos y aprendas a escuchar la dirección divina. Después de todo, se aprende a orar, orando. 

 

(Oración de Paz de San Francisco de Asís)

SEÑOR, hazme un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, siembre yo amor;
donde haya injuria, perdón;
donde haya duda, fe;
donde haya tristeza, alegría;
donde haya desaliento, esperanza;
donde haya sombras, luz.
 
¡Oh, Divino Maestro!
Que no busque ser consolado sino consolar;
que no busque ser amado sino amar;
que no busque ser comprendido sino comprender;
porque dando es como recibimos;
perdonando es como Tú nos perdonas;
y muriendo en Ti, es como nacemos a la vida eterna.
 

(Oración al Espíritu Santo)

O Espíritu Santo
tómame como discipulo tuyo
Guíame; ilumíname; santifícame.
Enseñamé qué es santo
y lo perseguiré
Enseñamé qué es profano
y me alejaré de él
Mándame, y con tu gracia
obedeceré
Dirígeme, entonces, hacia la plenitud
de tu Verdad y Sabiduría.
Amén.
 

(Memorare)

ACORDAOS, ¡oh piadosísima Virgen
María!, que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido a
vuestra protección, implorando
vuestro auxilio, haya sido
desamparado. Animado por esta
confianza, a Vos acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes, y gimiendo
bajo el peso de mis pecados me
atrevo a comparecer ante Vos. Oh
Madre de Dios, no desechéis mis
súplicas, antes bien, escuchadlas y
acogedlas benignamente. Amén.
 

(Anima Christi)

ALMA de Cristo,
   santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo,
   embriágame.
Agua del costado de Cristo,
   lávame.
Pasión de Cristo,
   confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas,
   escóndeme.
No permitas que me aparte
   de Ti.
Del maligno enemigo,
   defiéndeme.
En la hora de mi muerte,
   llámame.
Y mándame ir a Tí.
Para que con tus santos
   te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.

ANIMA Christi, sanctífica
   me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria
   me.
Aqua láteris Christi, lava
   me.
Pássio Christi, confórta
   me.
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera
   abscónde me.
Ne permíttas me separári
   a te.
Ab hoste malígno defénde
   me.
In hora mortis meæ voca
   me.
Et iube me veníre ad te,
Ut cum Sanctis tuis laudem
   te
In saécula sæculórum.
Amen.

 

Y ésta es una oración propia mía.

DÉJAME gustar la dulzura de tu esplendor
En un mundo de amargos conflictos;
Déjame oír la suave canción del cielo
En un mundo de clamor y estruendo;
Déjame olfatear el olor de la santidad
En un mundo de repulsivo deterioro;
Déjame ver la gloria de tu aspecto
En un mundo de vacío espectáculo;
Déjame sentir el ardor de tu presencia
En un mundo que ha crecido frío por el pecado.
Amén.

GUSTEM dulcédinem splendóris tui
In mundo contentiónis amáræ;
Audiam susúrrum carmínis cæléstis
In mundo clamóris strepitúsque;
Olfáciam odórem sanctitátis
In mundo tabis foedæ;
Vídeam glóriam vultus tui
In mundo formæ vanæ;
Séntiam ardórem præséntiæ tuæ
In mundo peccáto frigescénte.
Amen.

— Traducido al latín por Stefanie Bewell

 
Oración Intermedia

Una vez que tengas memorizadas las oraciones para comenzar, osea, las básicas, y las estás diciendo con regularidad—en las mañanas, en las tardes, cuando caminas, al tomar el autobús, al conducir su auto, en cualquier momento de descanso, etc.—estarás listo para añadir más oraciones.

 
El Ángelus.  En el Ángelus, se nos recuerda como María se convirtió en modelo para nosotros al entregar totalmente su voluntad a la voluntad de Dios. Con su simple y humilde Fiat (Latín para “hágase”), ella se ofreció a Dios en obediencia incondicional.

De manera que, di el Ángelus (o el Regina Coeli durante el tiempo pascual; esto es, desde el Domingo de Resurrección hasta Domingo de Pentecostés) cada día (excepto los domingos) al menos al mediodía—pero además, a las 6:00AM y a las 6:00PM. Pon la alarma de tu reloj para las 11:59AM para que te recuerde que al mediodía, vas a detener cualquier actividad que estés haciendo. Puede que te parezca un fastidio parar tu trabajo para poder orar, así que solo recuerda, que en primer lugar, sino fuera por Dios, tú no tendrías trabajo alguno.

Instrucciones paso a paso para orar
El Ángelus (y el Regina Coeli))

 
 
El Rosario. Rece el Rosario—al menos cinco décadas (eso es, un grupo de Misterios)—cada día. La misma Bienaventurada Virgen le dijo a los niños de Fátima que recen el Rosario todos los días para conseguir paz en el mundo y para la conversión de los pecadores. ¿Cómo entonces, podemos nosotros, en los tiempos difíciles en que vivimos, fallar el mandato de orar con igual ardor, hoy día?

Un momento ideal para esta oración es por las tardes después de la cena, justo cuando la mayoría de la gente malgasta su tiempo viendo la TV. Si tienes niños, reza el rosario con ellos; un niño pequeño puede sentarse en tu falda para un tiempo de apego, y los niños mayores pueden orar junto a ti.

El Rosario requiere la meditación en algunos misterios cristianos centrales. Por lo tanto, primero tendrás que aprender la naturaleza de estos misterios. Yo recomiendo el siguiente libro:

Rosary: Mysteries, Meditations, and the Telling of the Beads (Dallas: Pangæus Press, 1996) por Kevin Orlin Johnson.

Rosary: Mysteries, Meditations, and the Telling of the Beads

 
Paso-a-paso instrucciones para rezar
El Rosario

 
 
La Corona de la Divina Misericordia.  La Corona de la Divina Misericordia fue dada a Santa Faustina (ver su Diario) como una promesa a cualquier alma que vea y se de cuenta de la gravedad de sus pecados, y por tanto se encuentra sumergida en su miseria, para que no se desespere, sino que, con la confianza de un niño, debe lanzarse en los brazos de la misericordia. de Cristo. Ésta ofrece gracias y esperanzas aún a los pecadores de corazones más duros. (cf. Diario, 1541).

Los peticionarios que rezan la Corona piden misericordia para el mundo entero y, en el proceso, realizan una obra de misericordia ellos mismos.

A Santa Faustina le fue dicho que si la Corona se dice al lado de la cama de un moribundo, “misericordia incomprensible envuelve el alma” y “las mismas profundidades de la tierna misericordia” de Dios “son movidas” por la dolorosa Pasión de Cristo. (Diario, 811; 1541).

La Corona es tan concisa y compacta que debes aprender a recitarla con frecuencia las veces que puedas, en todos los momentos que tengas libre: mientras estás conduciendo (o metido en el tráfico), en el autobús, caminando de un lugar a otro, y demás. Y si te puedes conseguir un pequeño anillo de rosario, tú podrás rezar solo una década de la Corona cada vez, através del día, como una forma de tomar pequeños descansos de tus labores (olvídate de los cigarrillos y del café).

Paso-a-paso instrucciones para orar
La Corona de la Divina Misericordia

 
 
Oración Para las Tres de la Tarde.  Jesús le dijo a Santa Faustina,”Te lo recuerdo, hija mía, que cuantas veces escuches el reloj sonar a la tercera hora, sumérgete completamente en mi Misericordia, adorándola y glorificándola; invoca su omnipotencia para el mundo entero, y particularmente para los pobres pecadores, porque en ese momento la misericordia fue abierta enteramente a toda alma . . . haz todo lo posible para hacer las Estaciones de la Cruz en esta hora” (Diario, 1572).

Paso-a-paso instrucciones para orar
la Oración de las Tres de la Tarde

 
Liturgia de las Horas

La Liturgia de las Horas (u Oficio Divino) es una manera antigua de orar que combina los salmos, las lecturas, y otras oraciones e intercesión. Puede ser obligatorio, de acuerdo con la regla de muchas ordenes religiosas, pero es también una importante forma de voluntariamente orar para los laicos.

La versión moderna de la Liturgia de las Horas se encuentra ó en una edición de un solo volumen ó en una edición contenida en cuatro volumenes, y consiste de El Oficio de Lecturas, Oración Matutina, Oración Diaria, Oración para la Tarde, y Oración Nocturna.

La edición de un volumen, llamada Oración Cristiana, tiene

abreviado El Oficio de Lecturas

abreviada La Oración Diaria

Cada laico que desea una vida de oración rica debe, como mínimo, mantener la Oración Matutina, la Oración de la Tarde, y la Oración Nocturna.

El aprender a usar la Liturgia de las Horas puede ser una tarea intimidante ya que la estructura de las oraciones cambia de acuerdo a los varios días santos y diferentes estaciones.

Sólo sigue detenidamente las Instrucciones Generales de la Liturgia de las Horas (se pueden encontrar en el Tomo I del conjunto de cuatro volúmenes) y las instrucciones en la sección llamada Ordinario. (Se encuentran en cada tomo).

Y usa la Guía de San José para la Liturgia de las Horas (un pequeño folleto que sirve para el año entero, disponible en cualquier librería católica buena) como una valiosa ayuda para localizar la sección correcta de cada día.

Paso-a-paso instrucciones para rezar
Las Liturgia de las Horas

 

Traducido por Anne P.

Para hacer comentarios sobre las traducciones

 

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Recursos Adicionales
     
The Rosary
Rosarium Virginis Mariae  (October 2002), by Pope John Paul II.
 
Other Prayers
A Treasure of Chaplet Devotions
Introduction to Lectio Divina
Prayers  from Catholic-Pages.com
Sacred Space  —“the prayer site run by the Irish Jesuits”—can be a useful aid for beginning prayer, and for moments of meditation, but not as a substitute for formal devotions.
Thesaurus Precum Latinarum  is a magnificent collection of Latin prayers and Latin hymns with English translations and brief commentaries.
 
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How to Pray The Liturgy of the Hours
   
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